¨Académicamente, estoy muy agradecida por varias cosas, como los concursos de geografía y poesía. Sin embargo lo que más agradezco es el buen nivel de inglés que desarrollé, que fue base primordial para mi educación y vida personal.¨
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Daniela De la Mora
En el 2005, cuando cumplí 7 años, llegué a Tijuana por primera vez, después de nacer y crecer en la Ciudad de México. Al no conocer nada ni a nadie, estaba preocupada y asustada por la nueva etapa de mi vida, pero por fortuna me encontré con el Instituto Colinas.
El Colinas fue mi hogar por mucho tiempo. Uno de los primeros espacios donde pude conocer quién era yo realmente. A los 11 años, cuando terminé la primaria, ya había visitado lugares muy bonitos tanto en Tijuana como en San Diego, participado en varios festivales escolares, estado en clases de danza y conocido a personas muy importantes que actualmente siguen siendo parte de mi vida y que genuinamente siento que lo serán para siempre.
En el 2010, a los 12 años, entré a la secundaria, en ese momento no lo sabía, pero esos 3 años serían mis favoritos. En esta etapa fue cuando me enamoré de la lectura junto con mis amigas y en cada oportunidad nos podían ver platicando en los pasillos sobre nuestros momentos favoritos del libro que compartíamos. Académicamente, estoy muy agradecida por varias cosas, como los concursos de geografía y poesía. Sin embargo lo que más agradezco es el buen nivel de inglés que desarrollé, que fue base primordial para mi educación y vida personal.
En el 2020, a los 21 años, me gradué de la licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana y desde ese momento me he enfocado en los medios audiovisuales, en la mejor manera de contar historias y de alguna forma el fundamento realmente empezó en la secundaria, ya sea cuando leía libros con mis amigas en nuestras escaleras favoritas, o escribiendo historias originales en clases de inglés para aprender nuevas palabras.
Agradezco mucho al Instituto Colinas, por darme personas en mi vida que me han ayudado a crecer y a entender que es realmente la amistad, experiencias únicas dentro y fuera del aula, seguridad para mis padres, un hogar a mi hermano menor, y al amor que encontré en las palabras, que involuntariamente me han convertido en la profesionista que soy.